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BALAAM DE PETOR. Balaam, hijo de Beor, fue un profeta no israelita, oriundo de Petor, ciudad del norte de Mesopotamia. Notorio por sus poderes de adivinación, fue empleado por el rey de los moabitas para maldecir a Israel. Dios intervino valiéndose de una asna (Números 22:23‑30), y Balaam bendijo a los israelitas en vez de maldecirlos. Predijo un glorioso futuro para el mismo pueblo al que se le había pedido maldecir. Más tarde hubo una batalla contra los madianitas. Balaam luchó con los madianitas contra Israel y fue muerto (Números 31:8).
 
BARTOLOMÉ. Bartolomé, hijo de Talmai, fue uno de los discípulos de Jesús; nació en Caná de Galilea. Se le menciona con este nombre en Mateo 10:3; Marcos 3:18; Lucas 6:14 y Hechos 1:13, y con el de Natanael en Juan 1:48. Juan nos da el único vistazo que de su personalidad tenemos. Natanael era sereno, pacífico y retraído. Era dado a meditar en las cosas del Señor (Juan 1:48‑49). Al principio dudó si aceptar a Jesús como Salvador, pues no podía comprender que algo tan extraordinario procediera de Nazaret, pueblo adyacente a su aldea de Caná (Juan 21:2). Juan llama Natanael ("Dios ha dado") a Bartolomé. Siempre andaba con otro discípulo amigo suyo, Felipe (Mateo 10:3; Marcos 3:18; Lucas 6:14; Juan 1:45).
 
BELSASAR.Era el rey del imperio babilónico durante una parte del cautiverio de los judíos. Cuando un rey anterior conquistó a Judá, se llevó del templo las vasijas de oro y plata. Belsasar empleó esos vasos para servir vino en sus banquetes. Apareció una mano que escribió sobre el muro, y Daniel fue el único capaz de interpretar la escritura que predecía la caída del imperio y la muerte del rey a manos de los medos y persas (Daniel 5:5‑30). Eso se cumplió como en el 538 A.C.
 
BERNABÉ. Bernabé, que vivía en Jerusalén cuando se fundó la Iglesia, era un levita de Chipre. Fue uno de los primeros convertidos al cristianismo, y primo de luan Marcos (4:10). Su verdadero nombre era José, pero los cristianos lo conocían por Bernabé, nombre que significa "hijo de consolación" (Hechos 4:36). Lo primero que oímos de Bernabé es que vendió uno de sus terrenos de Chipre y entregó el dinero a la comunidad cristiana. También ayudó a Pablo en la obra de éste, aunque más tarde se separaron (Hechos 15:36‑39). Se le describe como "varón bueno y lleno del Espíritu Santo". Era bondadoso, compasivo y comprensivo para con todos. Se le menciona por su nombre veintinueve veces en el Nuevo Testamento. La tradición afirma que fue el fundador de la iglesia ortodoxa de Chipre.
 
CAIFÁS. Caifás fue el sumo sacerdote que desempeñó parte importante en el proceso contra Jesús. Cuando Jesús fue llevado ante Caifás, dos testigos falsos dijeron: "Este dijo: Puedo derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo" (Mateo 26:61). Cristo no respondió. Entonces Caifás conminó a Jesús a que dijera si era el Cristo o no. A esto respondió Jesús: "Tú lo has dicho" (Mateo 26:64). Entonces Caifás lo acusó de blasfemo y lo envió a Poncio Pilato.
 
CALEB. Caleb, de la tribu de Judá, fue uno de los doce espías en viados por Moisés a Canaán. Diez de dichos espías informaron que los hijos de Israel no podrían apoderarse de la tierra. Caleb y Josué, por el contrario, dijeron: "Subamos luego, y tomemos posesión... porque más podremos nosotros que ellos". Por su buen informe, Dios los libró del castigo que impuso al resto del murmurador Israel, y se les permitió entrar en Canaán (Números 14:24). Cuando rindieron el informe, Moisés prometió a Caleb Hebrón y las colinas circundantes como heredad. Cuarenta y cinco años más tarde, cuando tenía 85 de edad, Caleb reclamó Hebrón. Josué se lo otorgó "por cuanto había seguido cumplidamente a Jehová Dios de Israel".
 
CESAR, AUGUSTO . Augusto César fue el seguidor y heredero de julio César. Su verdadero nombre era Octavio, pero se le dio el nombre de Augusto cuando alcanzó el poder supremo como emperador. En Lucas 2:1 se menciona que decretó que "todo el mundo fuese empadronado". Según parece, es la única referencia que a él hace la Biblia. Murió el año 14 D.C., tras reinar desde el año 27 A.C. (Claudio César también se menciona en el Nuevo Testamento: Hechos 11:28; 17:7; 18:2.)
 
CIRO, EL GRANDE. FuÉ el fundador del imperio persa, que a su muerte se extendía desde el Mediterráneo hasta la antigua Bactria, en Asia. Derrotó a Lidia y Babilonia con la intención de invadir a Egipto y la India. Al entrar sin resistencia en Babilonia fue vitoreado como "Portador de Paz" por los habitantes de la ciudad agotada por las contiendas. Más adelante ayudó a los judíos reprimiendo a sus opresores, volviendo los cautivos y exiliados a su país natal y reconstruyendo el templo de Jerusalén. Murió en batalla en 530 A.C. Se menciona a Ciro en Isaías 44:28; 2 Crónicas 36:22; Esdras 1; 3:7; Daniel 1:21; 6:28; 10:1.
 
CLAUDIO LISIAS. Claudio Lisias fue un tribuno militar que ejerció el mando supremo en Jerusalén. Su tarea principal era mantener el orden durante las grandes fiestas judías., Durante un motín, Lisias arrestó al apóstol Pablo, creyéndolo cabecilla de una banda de asesinos. Más adelante Pablo fue nuevamente arrestado; en esta ocasión, ostensiblemente por mencionar la palabra "gentil" en un discurso (Hechos 22: 21). Fue enviado ante el concilio judío, el que decidió matarlo. Claudio descubrió el complot y envió a Pablo bajo escolta a Cesarea, en donde los soldados lo entregaron al gobernador Félix. Admiraba mucho a Pablo por ser éste "ciudadano de nacimiento". Se menciona a Claudio Lisias en Hechos 21:31; 22:24; 23:26‑30. La última referencia es la carta que escribió a Félix explicando cómo había actuado.
 
CORNELIO. El Cornelio de Hechos 10 era un centurión italiano estacionado en Cesarea. Este devoto varón tuvo una visión en que se le ordenaba mandar en busca de Pedro para que le enseñara más acerca de Dios. Pedro, que simultáneamente había tenido una visión en la que se le mostraba que los gentiles no eran impuros, acudió a donde Cornelio y le enseñó acerca de Jesús y la misión de éste en el mundo. Como resultado de esta visita, Cornelio llegó a ser uno de los primeros gentiles convertidos y uno de los primeros en recibir los dones del Espíritu Santo bajo el ministerio de Pedro (Hechos 10:44 ha sido llamado el Pentecostés de los gentiles). Cornelio creía en Dios y se le permitía adorar en la sinagoga. No seguía todas las costumbres judías; no era circuncidado.